
Un trayecto que habitualmente dura entre 9 y 10 horas, desde mi pueblo hasta la capital de Venezuela, esta vez se extendió a 14. Pensé que perdería la cita por el volcamiento de una pesada gandóla en medio de la humedad de la autopista que causó un largo embotellamiento vehicular.
Mi
cita estaba pautada para las 7:30am y tenía planeado llegar más temprano e irme
directo a la embajada, pero ya eran casi las 10am y tuve que tomar un
transporte que me llevara velozmente.
Y
allí estaba yo, recorriendo la ciudad en moto, era una experiencia jamás vivida
pero el momento lo ameritaba y entre el cansancio y lo confuso de mi pensar
debía sortear los miedos e idear una ruta rápida que me llevase en pocos
minutos.
Embajada Americana en Caracas |
Aunque la gran mayoría aprovecha la espera para alardear de sus viajes y vida en USA, solo pasan a renovar sus documentos, están mas seguros pero esto no les garantizan una aprobación, . Por mi parte tenía mucho miedo, ya había recibido una negativa ¿porque?, eso nunca te lo dicen, solo te dan una planilla que al final no explica nada, y te vas en solitario y sin ánimos, odiando a esos gringos que no te supieron ayudar.
Era
la segunda vez en cinco días que visitaba aquella sala con paredes de mármol
rojo, esta vez me sentía más asustado que en mi primera espera, cuando luego de
casi 3 horas recibí la misma respuesta aunque un poco más despectiva, es que esos funcionarios suelen ser muy groseros, quizás se sentirán protegidos por ese vidrio que asemeja a un cajero en un banco, solo que esta vez te aprueban tu visa o te hacen escribir La Crónica de una Visa Negada.